Es un combate estratégico entre dos equipos de pokemon, de entre una y seis bestias. Es un elemento fundamental del fenómeno Pokemon. Puede o no haber restricciones en el tamaño o características de estos equipos. El objetivo es golpear para debilitar a todos los miembros del otro equipo rival. Para conseguirlo hay que esquivar y minimizar los ataques del rival al mismo tiempo que se inflige daño al rival, y el objetivo final será obtener la victoria.
Los combates son por turnos y los contrincantes eligen un ataque para su pokémon activo. Salvo efectos especiales de los ataques, el pokémon más rápido atacará primero. Si el pokémon más lento no ha hecho algún movimiento en ese turno, atacará después del rival, salvo efectos secundarios de algún ataque utilizado. En algunas batallas, permiten a los entrenadores cambiar de pokémon durante la batalla. En el RPG, un entrenador, al luchar contra un oponente controlado por la consola, puede también utilizar los objetos que curan (o alterar las estadísticas) del pokémon durante una batalla. Al luchar con pokémon salvajes, también se puede procurar atraparlo usando una pokeball. Si la captura tiene éxito, la batalla termina inmediatamente, y el entrenador adquiere un nuevo pokémon. Si la captura falla, el pokémon salvaje atacará y seguirá la batalla, hasta que el entrenador dé órdenes al pokémon suyo de huir o bien si el pokémon salvaje huye (es poco habitual) o se debilita.
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